EL ALCOHOLISMO


¿Es el alcoholismo una enfermedad?

Sí, el alcoholismo es una enfermedad progresiva, crónica y degenerativa; con síntomas que incluyen una fuerte necesidad de tomar a pesar de las consecuencias negativas.

La enfermedad está caracterizada por daños físicos en todos los sistemas del organismo, siendo los más complicados los que se relacionan con el sistema cardiovascular, el sistema nervioso y el hígado.

Cuando el consumo de bebidas alcohólicas es exagerado o recurrente se produce tolerancia. Es decir, el organismo requiere una mayor dosis de alcohol para obtener las mismas sensaciones. Esta situación facilita la adicción, la cual es acompañada de grandes dificultades por detener el consumo cuando se empieza a beber. Al suspender la utilización de alcohol, se desarrollan síntomas como náuseas, temblores y ansiedad.

Por otra parte, el alcohólico pierde el interés por lo que le rodea, lo cual puede ocasionar la pérdida de su empleo y de su familia.


¿Cuáles son los efectos inmediatos del consumo de las bebidas alcohólicas?

Los efectos se presentan en una secuencia de etapas, siempre que el individuo continúe bebiendo y de acuerdo con la cantidad y el tipo de bebida ingerida. Influye también el volumen de alimentos que se encuentran en el estómago, el peso corporal de la persona y las circunstancias en que se bebe:

Primera: El sujeto se ve relajado, se torna comunicativo, sociable y desinhibido, debido a que el alcohol primero deprime los centros nerviosos que controlan la inhibición de los impulsos, por lo que la conducta se libera, el individuo parece excitado.

Segunda: La conducta es esencialmente emocional, errática, se presentan problemas de juicio y existe dificultad para la coordinación muscular; así como trastornos de la visión y del equilibrio.

Tercera: El individuo presenta confusión mental, se tambalea al caminar, tiene visión doble, así como reacciones variables del comportamiento: pánico, agresividad y llanto. Por otra parte tiene serias dificultades para pronunciar adecuadamente las palabras y para comprender lo que se le dice.

Cuarta: Incapacidad para sostenerse en pie, vómitos, incontinencia de la orina, estupor, aproximación a la inconsciencia.

Quinta: inconsciencia, ausencia de reflejos. Estado de coma que puede llevar a la muerte por parálisis respiratoria.

Lo que sucede es que cuando una persona ingiere una copa, el 20% del alcohol presente en esa bebida es absorbido en forma inmediata a través de las paredes del estómago y pasa a la sangre.

El otro 80% es procesado un poco más lentamente y también se absorbe, desde el intestino delgado, para circular en la sangre. Si la ingestión de bebidas alcohólicas se detiene o continúa en forma moderada, los niveles de alcohol en la sangre se mantendrán bajos, pues el hígado sano podrá metabolizarlas, con la ayuda de la eliminación del alcohol en la orina y el aliento. Sin embargo, cuando la velocidad de ingestión y la cantidad ingerida rebasan la posibilidad de eliminarlo, se dificultan la coordinación muscular y el equilibrio, se obstaculizan la memoria y el juicio; además se puede llegar a estados de intoxicación que ponen en peligro la vida.

¿Cuáles son las consecuencias del consumo exagerado?

Ø Después de un tiempo de abusar del consumo de bebidas alcohólicas, se presenta un deterioro en diversos órganos como el estómago, el hígado, los riñones y el corazón, así como en el sistema nervioso.
Ø Existen una serie de enfermedades que se relacionan con el consumo reiterado de bebidas alcohólicas, como la cirrosis hepática y las enfermedades cardiacas.
Ø Algunos estudios señalan que quienes se inician en el abuso de las bebidas alcohólicas desde jóvenes, tienen una expectativa de vida 5 a 10 años menor que los que no experimentan esta situación.
Ø El alcohol es una de las drogas más peligrosas para la mujer que esta embarazada, ya que en el cuerpo de la mujer el alcohol se transforma en sustancias dañinas para las células que son absorbidas por el feto. En cantidades abundantes aumenta el riesgo de nacer con defectos, como el "síndrome alcohólico fetal", que implica la formación de un cráneo pequeño, facciones anormales, retardo físico y mental. Consumir bebidas alcohólicas al final del embarazo, puede también afectar al feto.
Ø En el sistema cardiovascular, incrementa el riesgo de enfermedades al corazón , el bebedor incrementa sus niveles de lípidos ( grasa en al sangre) que puede resultar en arteriosclerosis , incrementa el riesgo de una muerte temprana y un ataque al corazón, y el desarrollo de cardiomopatia.
Ø En el sistema nervioso, daño en el sistema nervioso central se reconoce luego de muchos años.
Ø Pueden aparecer problemas neurológicos desarrollados por falta de vitamina B.
Ø El sistema gastrointestinal es probablemente el sistema más dañado por efecto del consumo de alcohol. Podemos ver úlceras faciales ( ulceras sangrantes y perforantes), problemas en el páncreas e incremento de la incidencia de desarrollo de cáncer al esófago.
Ø Los alcohólicos podrían desarrollar cirrosis. En la primera etapa de la cirrosis, las células del hígado se perjudican y acumulan gotas de grasa; cuanto más células sufren esta infiltración, el hígado se dilata más. Si el consumo de alcohol continúa, se forman cicatrices hasta que esto se vuelve irreversible.

¿Qué es el abuso de alcohol?

El abuso del alcohol se presenta cuando el bebedor llega a sentirse intoxicado y no puede cumplir con sus obligaciones o pone en peligro su vida y la de los demás al manejar, toma riesgos excesivos o presenta conductas violentas bajo los efectos del alcohol. Si estos episodios en los que se bebe en exceso se repiten con frecuencia, puede desarrollarse dependencia o alcoholismo.

¿Puede el alcoholismo ser curado?

Aun no. El alcoholismo es una enfermedad tratable y la medicación ha llegado a estar disponible para prevenir las recaídas, pero la cura aun no ha sido encontrada. Ello significa que es posible sostener la abstinencia por un periodo largo de tiempo, con lo cual la salud del alcohólico mejora; sin embargo la recaída es un riesgo permanente.

Fuente: www.cedro.org.pe/

El trastorno de identidad disociativo o de persnoalidad múltiple

DEFINICIÓN

El trastorno de identidad disociativo o de persnoalidad múltiple es el trastorno caracterizado por la existencia de dos o más identidades o estados de la personalidad que controlan el comportamiento del individuo de modo alternante.

En este trastorno de da una amnesia consistente en la incapacidad de recordar información personal relevante sobre alguna de las identidades coexistentes. La amnesia no es uniforme en todas las personalidades, de forma que lo que desconoce una de las personalidades puede saberlo la otra.

El trastorno de identidad disociativo es grave y tiene carácter crónico; puede resultar invalidante y generar incapacidad. Se asocia con mucha frecuencia a intentos de suicidio; de hecho se cree que es muy probable que termine en suicidio consumado. Varios estudios demuestran que del 3 al 4% de los pacientes ingresados y de los consumidores abusivos de sustancias psicoactivas padecen trastorno de la personalidad disociativo.

CAUSAS

Se atribuye a la interacción de diversos factores: estrés abrumador, capacidad para disociar, falta de apoyo y cariño durante la infancia ante experiencias dolorosas, falta de protección frente a procesos traumáticos (el 97% de los adultos con este trastorno manifiestan haber sufrido maltrato durante la infancia, pudiendo ser comprobado en el 85%). Los niños no nacen con un sentimiento de identidad unitaria sino que van, sino que esta se va desarrollando a partir de múltiples fuentes y vivencias; en niños sometidos a sobrecarga emocional se obstruye el desarrollo y partes que deberían haberse integrado permanecen separadas. Determinados pacientes no han sufrido maltrato sino una pérdida importante temprana (como pérdida de un progenitor), una grave enfermedad.

SÍNTOMAS Y SIGNOS

Las personas con un trastorno de identidad disociativo pueden experimentar a menudo un cuadro de síntomas que pueden parecerse a los de otros trastornos psiquiátricos. Los síntomas pueden ser similares a los de la ansiedad, de las alteraciones de la personalidad, de la esquizofrenia y de los trastornos afectivos o de la epilepsia. La mayoría de las personas sufre síntomas de depresión, ansiedad (dificultad para respirar, pulso acelerado, palpitaciones), fobias, ataques de pánico, disfunciones sexuales, alteraciones del apetito, estrés postraumático y síntomas que simulan los de las enfermedades físicas. Pueden estar preocupadas por el suicidio y son frecuentes los intentos, así como los episodios de automutilación. Muchas personas con trastorno de identidad disociativo abusan del alcohol o de las drogas en algún momento de su vida.

El cambio de personalidades y la ausencia de consciencia del propio comportamiento en las otras personalidades hacen a menudo caótica la vida de una persona con este trastorno. Como las personalidades con frecuencia interactúan entre ellas, la persona dice oír conversaciones internas y las voces de otras personalidades. Esto es un tipo de alucinaciones.

Hay varios signos característicos del trastorno de la personalidad disociativo:

  • Síntomas diferentes que ocurren en distintos momentos.
  • Una capacidad fluctuante para asumir sus funciones, desde la eficacia en el trabajo y en la casa hasta la inhabilidad.
  • Intensos dolores de cabeza y otros síntomas físicos.
  • Distorsiones y errores en el tiempo y amnesia.
  • Despersonalización y desrealización (sentimiento de estar separado de uno mismo y experimentar su medio como irreal).

Las personas con un trastorno de identidad disociativo frecuentemente oyen hablar a otros de lo que ellas han hecho pero que no recuerdan. Otras pueden mencionar cambios en su comportamiento que ellas tampoco recuerdan. Pueden descubrir objetos, productos o manuscritos con los que no contaban o que no reconocen. A menudo se refieren a sí mismas como “nosotros”, “él” o “ella”. Mientras que, en general, las personas no pueden recordar mucho acerca de sus primeros cinco años de vida, la persona con un trastorno de identidad disociativo no recuerda tampoco lo ocurrido entre sus 6 y 11 años.

Las personas con un trastorno de identidad disociativo tienen típicamente una historia de tres o más diagnósticos psiquiátricos previos diferentes y que no han respondido al tratamiento. Estas personas están muy preocupadas por temas de control, tanto el autocontrol como el control de los demás.

TRATAMIENTO

El trastorno de identidad disociativo requiere psicoterapia, con frecuencia facilitada por la hipnosis. Los síntomas pueden ir y venir de modo espontáneo, pero el trastorno no desaparece por sí mismo. El tratamiento puede aliviar algunos síntomas específicos pero no tiene efectos sobre el trastorno en sí mismo.

El tratamiento es a menudo arduo y emocionalmente doloroso. Generalmente, son necesarias una o dos sesiones de psicoterapia a la semana durante al menos 3 a 6 años. Las sesiones tienen como objetivo integrar las personalidades en una personalidad única o alcanzar una interacción armoniosa entre ellas que permita una vida normal sin síntomas. La integración de las personalidades es lo ideal pero no siempre se consigue. Las visitas al terapeuta son reducidas gradualmente pero es raro que se terminen. Los pacientes pueden confiarse al terapeuta para que les ayude, de vez en cuando, a afrontar los problemas psicológicos, del mismo modo que pueden hacerlo periódicamente con su propio médico.

PRONÓSTICO

El pronóstico de las personas con un trastorno de identidad disociativo depende de los síntomas y de las características del trastorno. Algunas tienen principalmente síntomas disociativos y características postraumáticas; esto significa que, además de sus problemas de memoria e identidad, experimentan ansiedad acerca de acontecimientos traumáticos y el hecho de revivirlos y recordarlos. Generalmente, se recuperan por completo con el tratamiento. Otras personas tienen adicionalmente trastornos psiquiátricos graves, como trastornos de la personalidad, afectivos, alimentarios y de abuso de drogas. Sus problemas mejoran más despacio y el tratamiento puede tener menos éxito o bien debe ser más largo y pueden aparecer más crisis. Por último, algunas personas no solamente tienen otros problemas psicológicos graves sino que también están gravemente comprometidas con otras personas que las acusan de haber abusado de ellas. El tratamiento a menudo es largo y caótico y trata de reducir y de aliviar los síntomas más que de conseguir la integración. A veces, incluso un paciente con un mal pronóstico mejora lo suficiente con la terapia para sobrellevar el trastorno y comenzar a dar pasos rápidos hacia la recuperación.

Relaciones peligrosas

Son amigos con más personalidad que ellos, que dirigen el grupo al que pertenece y que manipula en cierta manera y muy disimuladamente sus acciones. Son muchas veces esos chicos de los que las mamás desconfían sin razón aparente, pero que sus instintos insisten en alejarlos.

Aunque así lo quisiéramos, no todas las personas son una influencia positiva en nuestras vidas. Algunos, aún sin quererlo, afectan nuestro código de valores y nuestras metas más importantes.


Una persona de mala influencia, es aquella que interfiere con sus palabras y acciones, con nuestros valores, nuestros objetivos o nuestros hábitos positivos de vida. Debe entenderse que no siempre lo hacen de forma consciente por lo que no habría que verlos como enemigos.

Una persona es mala influencia para la salud, si nos invita a comer y beber en exceso; si nos incita al uso de drogas, o nos distrae para que dejemos de hacer ejercicio o descansar.

Una persona es mala influencia para las relaciones, cuando nos habla mal de otros amigos o familiares, cuando nos insta a maltratar a la pareja con indiferencia o agresividad, y nos manipula para que rompamos ciertas relaciones que para nosotros resultan valiosas y significativas.
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Chicos grandes mala influencia en chicas:

un estudio publicado halló que las adolescentes que salen con hombres de más edad son más proclives a fumar, beber y consumir drogas.

El estudio, en el que participaron 1.000 adolescentes de entre 12 y 17 años en Estados Unidos, halló que los amigos sí influyen en la conducta de los jóvenes, según el Centro Nacional de Adicciones y Abuso de Sustancias (CASA, por su siglas en inglés) de la Universidad de Columbia.

Relaciones sentimentales:

En las primeras etapas de una relación es totalmente normal ver el mundo a través de unas gafas con cristales de color rosa. Pero para algunas personas, esas gafas de color rosa se convierten en orejeras que les impiden ver que la relación no es tan sana como debería ser.

Es de esperar que tú y tu chico o tu chica os tratéis bien mutuamente. ¿Tienes dudas de que sea realmente así? Aléjate un poco de esa sensación vertiginosa de estar flotando en un globo y reflexiona si tu relación cumple estas siete características:

Respeto mutuo

Confianza

Honestidad.

Apoyo.

Justicia, igualdad

Identidades separadas

Buena comunicación

Una relación obsesiva es muy peligrosa, ya que no sólo esta en juego tu integridad psicológica sino también tu integridad física. En toda relación suelen haber problemas, pero es bueno saber cual es el límite entre lo normal y lo que no lo es.