El Divorcio desde el punto de vista de los hijos

divorcioLa separación de los padres tiene un efecto directo sobre el mundo emocional, psicológico y conductual de los hijos. En este proceso, los hijos presentan un alto nivel de ansiedad, miedo al abandono de los padres, pérdida de hábitos ya adquiridos, escasa capacidad para entender el divorcio y tendencia a culparse a sí mismos por la separación. Por tanto, es fundamental que los hijos entiendan que no han tenido culpa de los problemas que han llevado a papa y mama a tomar esta decisión, e insistirles en que a pesar de estar separados el amor y preocupación hacia ellos sigue inalterable.
Una comunicación clara por parte de los padres, con respecto a los cambios que este proceso conllevará y su permanencia en el tiempo, aminora el estrés y la incertidumbre que produce el divorcio en los hijos.

Los primeros meses son fundamentales en los hijos para ajustarse al nuevo sistema, por lo que no es conveniente introducir más cambios de los absolutamente necesarios, idealmente mantenerse en el mismo domicilio por un tiempo, el mismo colegio (informando a los profesores de la situación que esta viviendo la familia, como una forma de estar informados de cualquier cambio en el rendimiento académico o comportamiento de sus hijos) y conservando los mismos amigos, como tampoco perder la vinculación con la familia de origen de ambos cónyuges, ya que esta representa para los hijos una estabilidad emocional y una red de apoyo incondicional.
Los niños en edad escolar suelen presentar sentimientos de tristeza, miedo e inseguridad. La necesidad de estar con ambos padres es muy profunda y añoran el contacto con el padre que se ha marchado. Estos sentimientos se manifiestan en ocasiones con un deficiente rendimiento escolar, dificultades para hacer nuevos amigos, peleas con sus pares, mal humor o un decaimiento excesivo, aislamiento, apego excesivo con el progenitor con quien viven, fantasías desproporcionadas, llanto fácil, infringen normas y reglas en casa y colegio. También es frecuente que muestren tristeza e irritabilidad cuando regresan de casa del progenitor que no vive con ellos, en ese caso es necesario darles tiempo hasta que se adapten al nuevo ambiente familiar.
En la adolescencia la reacción al divorcio suele manifestarla con sentimientos de irritación, violencia y tendencia a culpabilizar a uno de los dos progenitores y como este hecho va a cambiar sus vidas. Para evitar o reducir la duración de estas consecuencias, es importante que ambos padres mantengan una relación y comunicación sana, continua y afectiva con los hijos, evitando utilizarlos de mensajeros o confidentes, ya que de esta forma evitará que sus hijos tomen partido por uno u otro progenitor y además, se sientan culpables.

Otra situación que genera conflictos es disputarse el afecto de los hijos con el ex cónyuge a través de la entrega constante de bienes materiales, juguetes, viajes, etc, este hecho suele interpretarse como un mecanismo de chantaje psicológico al que se les somete a los hijos, afectándolos de forma negativa en el desarrollo de su personalidad, causándoles un perjuicio grave, motivado por nuestro propio egoísmo. Por último las visitas es otro foco de conflicto entre los padres, llegando los niños al punto de no querer ver al progenitor que ha dejado el hogar, con tal de evitar la hostilidad entre ambos padres, por tanto, es importante respetar y reconocer los acuerdos adoptados Todos los esfuerzos que los progenitores realicen para sobrellevar este delicado proceso, se verá compensado con la salud mental de sus hijos.
Jessica Flores
Terapeuta Familiar

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